En Lima… En Lima está lloviendo
el agua sucia de un dolor
qué mortífero! Está lloviendo
de la gotera de tu amor.
No te hagas la que está durmiendo,
recuerda de tu trovador;
que yo ya comprendo… comprendo
la humana ecuación de tu amor.
Truena en la mística dulzaina
la gema tempestuosa y zaina,
la brujería de tu “sí”.
Más, cae, cae el aguacero
al ataúd, de mi sendero,
donde me ahueso para ti…
Este poema forma parte de Los heraldos negros (1918) y fue extraído de la edición de Seix Barral de su Poesía completa (2018).