Melissa Carrasco
Poeta chilena
Mis poemas no te servirán de nada.
Yo hice la sentencia
cuando vi morir mi última planta
yo
supe
que la maceta no contendría a la muerte
no es capaz de irrigar fertilidad
a la matriz del durazno
no somos duraznos ni macetas
y nos comportamos como si pudiéramos
bastarnos con el rocío
que ocasionalmente nos mira despiertos
en la parada de micro.
Mis poemas nunca servirán de algo
primero fueron cartitas de amor primero
primero fueron escondidas bajo un colchón primero
primero fueron escritos para ser leídos primero
luego no hubo plan, todo
se redujo a la excrecencia
de la que me alimento.
Yo fui mi propio submarino
y me intoxiqué tanto, tanto de mí
que me agarré la bronca del mal trago
de mala mezcla
fui fractura memoriosa allí
donde no supe mantener una conversación
no supe de coherencia ni de humanidad
se me escapó la historia y nunca la busqué
dejé que el tiempo se fuese solito
como mañana de amor torcido
intenté calentar mis manos
en convicciones desesperadas
que me buscaron por las piernas
diremos que la fe no es para todos
diremos como ya dijimos lo mismo de antes
y esperaremos que nos crean
ajustaremos la rosita de raso
y otra vez repetiremos el sonido
las fugas interminables
el desdoblamiento.
Mis poemas son hielo bajo la mesa
yo digo que los amo pero los uso
yo digo que hubo esfuerzo y no me cansé
no
lo suficiente
pude lamer más de su labio idéntico
pude
mirar su cíclope y nombrar al universo y su granada cayendo sobre mi cabeza
pude inventarle utilidades
pude pude
besar al cíclope sabor granada
y no
porque
mis poemas no servirán
ni a mi persona
ni a mi generación
ni a los posibles sucesores de la nada
diremos que nuestras ideas de prolongación
no son más que un espejo largo
donde nos vemos como no somos.